Por: Ligia Amada Melo, miembro Dirección Política
El gobierno del presidente Abinader ha anunciado la posibilidad de fusionar los Ministerios de Educación y el de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, como un medio de achicar la administración pública. Considero esta manera improcedente por varias razones. Ambos ministerios tienen fines, objetivos, estructuras y programas acordes con los niveles educativos bajo su responsabilidad, establecidos en las respectivas leyes que lo sustentan: Ley 66-97 para los niveles educativos inicia, Primario y Secundario, y la Ley 139-01 para el nivel de Educación Superior; así como para las áreas de Ciencia y Tecnología.
El sector que abarca los niveles pre universitarios tiene la obligación de desarrollar una educación de calidad, inclusiva y equitativa para una población escolar de cero a cinco anos para el Nivel Inicial, de seis a doce años para el Nivel Primario y de trece a dieciocho años para el nivel secundario.
El Nivel Inicial es el encargado de promover la estimulación temprana en su primera etapa para desarrollar las potencialidades como la observación, la discriminación, la socialización, la valoración de la familia, que servirán de base para el desarrollo de las capacidades cognitivas y las habilidades prácticas.
En el Nivel Primario es donde se inicia la alfabetización, la cual constituye la base fundamental para los aprendizajes posteriores. De la calidad de la misma dependerá el futuro académico de los estudiantes. En este nivel deben desarrollarse los conceptos fundamentales y su aplicación de las diferentes áreas del conocimiento: Lengua Española, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Lenguas Extranjeras, Educación Artística, Formación Humana y Religiosa, Educacion Física; así como el conocimiento y defensa del medio ambiente y el desarrollo de los valores humanos y ciudadanos.
El Nivel Secundario tiene la responsabilidad de formar a los jóvenes con amplios conocimientos en las diferentes áreas especializadas; así como la preparación con calidad para continuar estudios a nivel superior o insertarse a la producción cuando se haya formado en una carrera técnica o a las artes a través del bachillerato en esa área.
Todas esas funciones el ministerio las ejecutas a través de una estructura pedagógica y administrativa compleja, que incluye: Ministro, Viceministerios, Direcciones Generales, Departamentos, Unidades, Direcciones Regionales y Escuelas, tanto del sector público como privado. Debe atender, además, los subsistemas de Educación Espacial y Educación de Adultos. Por otra parte, el sistema atiende los centros descentralizados siguientes: INAFOCAM para la capacitación del personal docente. INABIE para los programas de bienestar estudiantil, alimentación, vestuario, salud y materiales didácticos. ISFODOSU para la formación de profesores. INABIMA que atiende las pensiones y jubilaciones del personal docente. SENMA para la salud de los profesores y el personal administrativo. IDEICE para la investigación educativa. Toda esa amplia administración se ejecuta con técnicos y miles de profesores que cada día más requieren del dominio de alta formación. Además de la responsabilidad descrita, el ministerio tiene la obligación de evolucionar hacia una educación de calidad que responda a la demanda de una sociedad en continuo cambio, que permita al país un desarrollo sostenible. Por otro parte, la gestión del sector tiene que enfrentar oportunamente los problemas que pueden presentarse y el manejo eficiente, eficaz y transparente del presupuesto.
El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología tiene dos grandes funciones: la Educación Superior y la Ciencia y Tecnología. La Educación Superior es responsable de regular todo el nivel, tanto en el sector público como en el privado, para formar profesionales en las diferentes áreas del conocimiento, con las competencias necesarias, para insertarse a la sociedad como entes sociales y productivos a través de los niveles Técnico Superior, Grado y Posgrado.
Para cumplir con esa misión, es responsable de: Autorizar y Supervisar la creación de centros educativos de los diferentes niveles y sus extensiones. Aprobar las carreras a impartir, garantizando la pertinencia, para que las mismas respondan a las necesidades nacionales y regionales del país. Legislar y supervisar la formación de personal docente para los niveles educativos preuniversitarios. Fomentar la formación y actualización del personal docentes y universitario. Fomentar la investigación y las Ciencias Básicas y Sociales. Evaluar el desarrollo de los programas del nivel garantizando su calidad. Promover la pertinencia de las carreras que respondan a las necesidades nacionales y regionales. Fomentar las carreras técnicas, altamente demandadas por los sectores productivos. Ofrecer programas que contribuyan a la superación e inserción al empleo de los jóvenes. Desarrollar programas que incidan en la productividad y competitividad de los sectores productivos. Cumplir con los ODS sustentados por la UNESCO. Fomentar los avances de las tecnologías digitales y su aplicación. Investigar de manera continua las tendencias de la Educación Superior a nivel mundial para hacerla coherente con la educación nacional.
Con relación a la Ciencia y la Tecnología, la misma requiere de mucha planificación, programas y recursos para su impulso. El principal programa para estos fines es el FONDOCYT. El mismo promueve la investigación científica, financiando proyectos presentados por las universidades y empresas. Creación de congresos nacionales e internaciones. Investigaciones en consorcio con universidades internacionales. Creación del programa de reconocimiento a científicos e investigadores nacionales. Programas de formación en doctorados a nivel nacional e internacional, así como su participación en cursos, seminarios y pasantías en universidades internacionales de prestigio.
Partiendo de la somera descripción que hago de las responsabilidades de ambos ministerios, considero que lo que se requiere en estos momentos es que ambos reciban el apoyo sustancial del gobierno y de todos los sectores de la sociedad en los diferentes niveles educativos. No retrocedamos en lo que ya hemos alcanzado. Tener siempre presente que los aportes en educación no son un gasto sino una inversión. Trabajemos para que podamos ocupar un lugar en América Latina como ciudadanos del primer mundo.
Partiendo de las consideraciones antes expuestas, considero que desde un solo ministerio sería muy difícil cumplir con las respectivas responsabilidades y asumir los retos y déficits actuales. Por lo cual planteo que la medida de fusión de los dos ministerios no procede y que debe desestimarse.