Por: Francisco Cruz Pascual, secretario de cultos de FP
El gobierno no debe agredir al sector educativo de la nación, porque esta es un área demasiado importante para el crecimiento y desarrollo de nuestra gente. Ahora se quiere fusionar el sector en todos los niveles, desde el preescolar que bien se dirige desde los CAIPI hasta los niveles superiores de los distintos grados hasta llegar a los doctorados. Sin estar desagregados estos niveles son ineficientes, desde la fusión se empeorarán, porque se afectarán los recursos del 4% que se deben dedicar solamente a los niveles que maneja hasta ahora el MINERD y que, por cierto, en esta gestión se han manejado en forma pésima.
El presidente sabe que la educación cambia a las personas y que son las personas las que cambian al mundo. En ese sentido, necesitamos urgir las soluciones que amerita la gestión educativa y no se van a conseguir sumando las complejidades del mundo superior de la educación, el que por demás tiene grandes retos y desafíos. En lo fundamental, la educación se constituye en una red de ayuda que procura formar seres humanos capaces de amar a sus semejantes. Esa sola arista de la “red de ayuda” debería servir para convertir a los humanos en “buenas personas”, con capacidades de cambios profundos hacia la no violencia y el interés por el conocimiento para el servicio.
Pero el MINERD no ha podido ni siquiera acercarse a esas necesarias “utopías” como necesidades perentorias para mejorar la vida social de la ciudadanía.
Soy de los que cree, que los profesores en su conjunto tienen el sueño y alimentan la esperanza de un mundo mejor para las actuales y futuras generaciones, pero, necesitan de atención especial respecto a su papel en el aula, en la escuela, en la comunidad y en la sociedad nacional. Esa atención especial no ha sido posible en la actual realidad desagregada en dos grandes sistemas, el preuniversitario y el universitario, complicar la realidad de la gestión de la educación es un error que puede salirle caro a la sociedad, frente a los retos cualitativos y competitivos que necesita para competir en el mercado internacional.
Por lo expuesto en el párrafo anterior, le compro a Umberto Eco su idea de que «lo que hace que una clase sea una buena clase no es que en ella se aprendan fechas y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que ocurre fuera de ella.» Presidente, Dios les colocó dos oídos a los seres humanos, para que escucharan el doble de lo que hablan, por favor, haga caso a lo que dicen las asociaciones de universidades y un sinnúmero de personalidades de la nación.
Presidente Abinader, recuerde que hoy vivimos en un mundo que se transforma con una rapidez nunca ante vista y que la niñez, la adolescencia y la juventud que asiste a las escuelas y liceos, necesita de atención exclusiva, para poder
cambiar su realidad socioeconómica. Recuerde, que este es un mundo de siglos en constantes cambios a través del cambio de las actitudes de las personas. Cambie su actitud frente a los reclamos.
Usted debería preguntarse, ¿cuál es el panorama que vive hoy la realidad educativa de la nación que me ha tocado gobernar
Señor presidente, actualmente vivimos una guerra que se ubica en el territorio europeo (entre Ucrania y Rusia), agravado por los conflictos entre las grandes potencias que dominan territorios y economías a nivel global, usted ha tomado parte en el conflicto. A esa situación se le añaden consecuencias como la alta inflación que sufren las economías globales, presentando unas perspectivas de recepción económica grave. A esta situación se le suma el desempleo creciente por causas múltiples, pero esencialmente por la tecnificación robótica de la industria y el comercio.
Y como si con esto no bastara, el calentamiento global amenaza la estabilidad climática.
Ante todo esto, usted se entretiene con cuestiones de forma, olvidando el fondo. Que bueno seria iniciar una gran jornada de reforestación a nivel nacional, comenzar una jornada de transformación del campo hacia la agricultura intensiva que aseguran los invernaderos, que falta les hace a los productores de granos del sur un plan agroindustrial para agregar valor a sus productos a través de un proceso innovador.
Sobre esta visión de conjunto y preocupante que presentamos de guerra y de conflictos, aparece el aumento de la pobreza extrema a nivel global, que trae consecuencias como la inseguridad y la violencia ciudadana, ayudada por la ansiedad producida pos pandemia. Aquí en el país, por ejemplo, se avizora un crecimiento de los niveles de pobreza, según organismos internacionales.
Presidente, la salud mental y las pandemias que agreden a la población mundial se agravan con la abundancia de virus (para algunos provocados, para otros llegados por accidentes en los laboratorios), y lo que es peor, el transporte de patógenos de animales a humanos. Preocúpese por prever, planificar, organizar, ejecutar y controlar proyectos que busquen aminorar los riesgos en que vivimos los dominicanos, nación que recibe sobre 10 millones de extranjeros cada año, portadores de variables positivas y negativas para la salud, por solo enumerar una de las aristas del negocio.
En aspectos económicos (señor presidente), algunos afirman que se avecina una estanflación, coloque su ánimo en ese riesgo, porque la incertidumbre acerca del futuro se nos presenta a través de un panorama complejo en el que pueden colapsar muchas vías de suministros esenciales para la vida moderna, porque se vive una realidad efectiva de falta de certeza.
Presidente Abinader, se trata de un verdadero estado de conocimiento limitado, donde es imposible describir exactamente el estado existente de la situación actual.
Por favor presidente, no agreda de esa forma al sistema educativo.