Qué es una reforma fiscal, sus tipos, y cuáles son sus impactos

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Luego de las elecciones la reforma fiscal fue planteada por el gobierno, y junto a otras reformas, ha sido el tema que ha dominado la opinión pública; y siendo un tema económico, los cuales no son tan simples, es importante abordar el tema desde una perspectiva simple y sencilla, que permita entender que es una reforma fiscal; cuáles son los tipos de reformas; y cuáles serían sus diversos impactos.

Una reforma fiscal es una modificación de la estructura y las normas del sistema tributario de un país, o dicho más simple, de los impuestos, y estas reformas pueden incluir cambios en las tasas de las tributaciones, la base imponible, los procedimientos de recaudación y las políticas fiscales en general.

El objetivo principal de una reforma fiscal es mejorar la eficiencia y la equidad del sistema tributario, así como fomentar el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país, y en cada uno de estos aspectos, hay metas u objetivos específicos, los cuales se desarrollan dentro las reformas progresivas o regresivas, que son los dos tipos de reformas que tenemos, y que se definen de la forma siguiente:

Reforma progresiva.

Las reformas fiscales progresivas son las que tienen como objetivo promover la equidad, a través de un aumento de la carga tributaria sobre los contribuyentes de mayores ingresos, en una proporción mayor a los que tienen menores ingresos, basado en una estructuración de las tasas que aumentan según el nivel de ingreso, es decir, pagan un mayor porcentaje de impuestos los que más tienen.

Reforma regresiva.

Estas reformas son la que tienen una carga tributaria mayor sobre los contribuyentes de menos ingresos que para los de mayores ingresos, aumentando así la desigualdad, reduciendo la capacidad adquisitiva de los que menos tienen.

La definición entre una reforma progresiva o regresiva dependerá de los fines económicos y sociales que se busquen, pues cada tipo de reforma tiene sus propios objetivos e impactos en la economía y en la sociedad. Estos objetivos dan consigo a que tengamos entonces varias modalidades de reformas fiscales, según su naturaleza y su fin, estando dentro de los más comunes las siguientes:

Recaudación de más ingresos: Se trata de un aumento de los fondos disponibles para el gobierno, y que así se tenga más recursos para financiar servicios públicos, infraestructura, educación, salud, y otros programas gubernamentales.

Mejorar la equidad: Se busca mejorar la equidad cuando los sistemas fiscales tienen una gran evasión, y en la que existen segmentos poblacionales que pagan más que otros; es por lo que, en cuanto a la equidad, se trata asegurar que la carga tributaria se distribuya de manera justa entre los ciudadanos, con la intención de reducir las desigualdades económicas. Esto puede incluir aumentar los impuestos a los que más tienen y reducirlos para los menos favorecidos, o ampliar la base impositiva cuando hay evasión, quiere decir, poner a pagar a quienes no pagan y que deberían estar pagando impuestos.

Simplificar el sistema tributario: Hacer que el sistema de impuestos sea más comprensible y fácil de cumplir tanto para los contribuyentes como para las autoridades fiscales. Esto puede implicar la reducción del número de impuestos, la eliminación de exenciones y deducciones complicadas, y la mejora de los procesos de recaudación.

Estimular la economía: Utilizar el sistema tributario para fomentar el crecimiento económico, la inversión, y la creación de empleo. Esto puede implicar reducir impuestos corporativos, ofrecer incentivos fiscales para nuevas empresas, o reducir la carga fiscal sobre las pequeñas y medianas empresas.

Corregir fallas del mercado: Es un método que se utiliza para desincentivar actividades que tienen efectos negativos sobre la sociedad, como la contaminación, cargando así con más impuestos a quienes realicen una actividad con efecto negativo socialmente, buscando así fomentar actividades positivas y que no tengan efectos sociales nocivos.

Reforma de los Impuestos Directos:

Como tasas impositivas directas tenemos el Impuesto sobre la Renta (ISR), el impuesto sobre el patrimonio (IPI), y el impuesto sobre los activos.

Una reforma de este tipo de impuestos puede significar cambios en las tasas de impuestos sobre los ingresos personales y corporativos para el Impuesto sobre la Renta, y modificaciones en los impuestos sobre la propiedad y las riquezas acumuladas, como bienes inmuebles y herencias para el IPI y los activos. Esto podría incluir la introducción de nuevas tasas, la eliminación de deducciones o exenciones, o la reestructuración de las escalas impositivas

Reforma de los Impuestos Indirectos:

Los impuestos indirectos que tenemos en Rep. Dom. son el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados (ITBIS); el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC);

Una reforma con ajustes al ITBIS va enfocada en ampliar la base imponible, o a realizar cambios en la cantidad y tipos de productos, o en los servicios que están sujetos a este impuesto. Mientras que los ISC que son los aplicables al alcohol, combustible, tabaco, entre otros productos, va enfocado en un aumento de la tasa.

Reforma Administrativa:

Las reformas de este tipo tienen como objetivo mejorar la eficiencia del sistema de recaudación de impuestos, haciéndolo más efectivo, ya sea mediante una simplificación del sistema tributario, estableciendo mecanismos que reduzcan la burocracia, a través de simplificaciones de declaración y pagos de impuestos.

También puede ser para reducir la evasión fiscal, a través de la implementación de procedimientos y tecnologías que mejoren y hagan más eficientes la recaudación de impuestos.

Reforma de la estructura fiscal:

Una reforma de este tipo implica realizar cambios significativos en toda la estructura del sistema tributario, con la reestructuración de la composición de los ingresos, ya sea los que provienen de impuestos directos o indirectos, buscando la equidad, o buscado equilibrio y eficiencia en la economía

Reforma de incentivos y exenciones fiscales:

Una reforma también puede tocar los incentivos fiscales, para así promover y estimular ciertas actividades económicas, vía la introducción o modificación de créditos fiscales y deducciones. De igual forma, se pueden implementar exenciones fiscales en procura de atraer inversión extranjera, y así fomentar sectores específicos de la economía, y crear empleos.

Como hemos podido apreciar, cada tipo de reforma tiene sus objetivos específicos, e impacta o benéfica a sectores de la economía, o sectores contribuyentes, por eso es muy importante que el gobierno defina cuál es el tipo de reforma que realizará, con qué fin y cuáles objetivos, pero esto debe de hacerlo acompañado de las academias, la sociedad civil, todos los sectores de la economía, los actores políticos, en fin, en un diálogo amplio que permita conocer los nuevos objetivos fiscales, y para que el gobierno necesita más recursos, en qué y como lo va a gastar.

Pero antes de hablarle a la gente de reforma, el gobierno debe reformar el gasto público, y es a ello en lo que nos referiremos en el siguiente escrito, en esta serie de artículos iniciada que versan sobre la reforma fiscal.

El autor es abogado, político, comunicador, y politólogo. Especialista en derecho electoral; planificación y desarrollo; derecho legislativo; políticas públicas; y gestión pública.

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