La autopista Duarte ha sido, por décadas, la columna vertebral de la comunicación terrestre en la República Dominicana. No solo conecta a la capital con la región del Cibao, sino que es un eje vital para la economía, el comercio y el turismo del país.
Sin embargo, el deterioro que ha sufrido por las recientes intervenciones parciales la habían dejado en un estado deplorable, impactando negativamente la movilidad y seguridad de esta importante vía.
Por eso hay que reconocer la amplia inversión que recientemente ha realizado el gobierno para lograr una transformación amplia y comprensiva de esta vía, la cual parecería que no se ha limitado a meras mejoras infraestructurales. Esto representa un paso significativo hacia un futuro más conectado y próspero.
En primer lugar, uno de los logros más notables de este proyecto es la reducción en la tasa de accidentes. Según el Observatorio Permanente del INTRANT, en 2022 fallecieron 178 personas en la autopista Duarte, una cifra alarmante que ha disminuido considerablemente gracias a las intervenciones realizadas en los tramos Santiago-La Vega. La Comisión Militar y Policial (COSMIPOL) reporta que, durante el primer semestre de 2024, las fatalidades en estos tramos se han reducido significativamente.
Esta tendencia positiva es un claro indicador de que las mejoras en la infraestructura y la señalización están salvando vidas.
La economía de la región del Cibao también está experimentando un impacto positivo. Siendo la autopista Duarte la principal vía de comunicación del país, su ampliación y reconstrucción facilitarán la comercialización de productos hacia los grandes mercados, especialmente la ciudad de Santo Domingo y la Zona Este. Los estudios indican que el transporte de carga pesada verá una reducción en los costos de transporte entre un 15% y un 20%.
Por: José Gregorio Cabrera