Antes de una reforma fiscal, revisemos y reformemos el gasto público

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Inmediatamente pasaron las elecciones el gobierno dominicano planteó la necesidad de realizar una serie de reformas, encabezando con la reforma fiscal. Nuestra última reforma de este tipo fue realizada en el año 2012, y si bien, la presente reforma planteada es una necesidad que se viene postergando desde el gobierno 2016-2020 de Danilo Medina, y el 2020-2024 de Abinader, hay algo que se debe de realizar antes de su inicio, y lo es organizar las finanzas públicas. Hay que revisar y mejorar el gasto público, en lo que se gasta el gobierno el dinero de la gente.

Si queremos que el empresariado, las medianas y pequeñas empresas, y la gente de forma en general, paguen más impuestos, tenemos que garantizarle mejoría en los servicios públicos, la gente debe de sentir que paga y se le redistribuye con servicios, con obras, y con la generación de bienestar.

Nuestra gente y nuestras empresas necesitan más y mejor servicio de energía, agua potable; necesitan más seguridad, necesitan mejores servicios gubernamentales, los cuales cuando no los tienen, entonces tienen que hacer cuantiosas inversiones para proveerse sus propias soluciones de energía eléctrica, agua potable, seguridad, asfaltado de calles en ocasiones, arreglo de desagües pluviales para que no se inunden sus negocios con un simple aguacero, entre otros servicios, lo que representa un gasto operativo que se traduce en un mayor costo para la población que consume el servicio o adquiere productos.

Gran parte de las mipymes de nuestro tejido empresarial están en la informalidad, no pagan impuestos, se habla mucho de que en vez de nuevos impuestos, o aumentos de los porcentajes o tasas actuales, el gobierno debe de trabajar en una reforma que haga que los que deben de pagar y no pagan lo hagan, lo que sería una reforma administrativa, las cuales tienen como objetivo mejorar la eficiencia del sistema de recaudación de impuestos.

Actualmente, se estima que la evasión fiscal del ITBIS supera el 40%, y en el Impuesto Sobre la Renta un incumplimiento superior al 60%, por lo que sin dudas algunas se hace necesario que esa evasión sea reducida a lo más mínimo posible, lo que significa que un paso inminente es hacer que quienes no paguen lo hagan.

Hacer que los que deben pagar y no pagan lo hagan es algo correcto, pero debe de haber incentivos para esa formalización, y es hacer que se sienta que valga la pena pagar más impuestos, que esas medianas y pequeñas empresas recibirán electricidad, y al costo correcto, no apagones y altas tarifas como es en la actualidad; que recibirán agua potable y no tendrán que comprarla; que el país estará seguro, y no tengan que invertir en verjas e infraestructura, y la contratación de seguridad privada, para colocar simples ejemplos.

Dejando de un lado las empresas, tenemos a los ciudadanos contribuyentes, los cuales necesitan exactamente lo mismo que las empresas, pero en una mayor necesidad, todas las mediciones realizadas en el proceso electoral arrojaron que la seguridad, el empleo, y la salud eran sus tres grandes preocupaciones, y a eso sumémosle la educación y los servicios gubernamentales, que cada se vuelven peor, la falta de obras de un gobierno que ha tomado prestado 30 mil millones de dólares en préstamos, cifra récord para un gobierno ampliamente, y ha sido incapaz de terminar hospitales y escuelas que fueron dejados en un 80 y 90% de construcción por el pasado gobierno, y de realizar un gasto correcto en obras públicas, que permitan incidir en el crecimiento económico y en el desarrollo del país.

Pero por igual, hay que revisar el gasto en el sector eléctrico, el año anterior el subsidio a este superó los 1,500 millones de dólares, y el 73%, unos 1,100 millones, se utilizó para cubrir las altas perdidas, empleomanía, gastos corrientes, proyectos fallidos de reducción de perdida, contadores. Las EDES son un desastre de gestión sus niveles de perdidas estaban a la baja en el 2020, y el actual gobierno ha sido incapaz de gerenciar correctamente y llevas a cabo programas efectivos, lo que ha hecho que aumenten los niveles de perdidas, como es el caso de EDEESTE, que tiene un 10% más de perdidas, para llegar al 55%.

En el contexto de la reforma fiscal se hace propicio también que se revisen las exenciones fiscales, las cuales fueron establecidas en su momento para impulsar el crecimiento de diferentes sectores empresariales, y algunos de estos han desarrollado un crecimiento sobre la base de los incentivos recibidos, y han alcanzado la sostenibilidad, por lo que pueden continuar sin los incentivos. Revisar y establecer exenciones o incentivos fiscales por un tiempo definido con una base de resultados específicos es el camino, y que solo lo tengan sectores específicos que realmente lo necesiten.

LO QUE QUIERE Y NO QUIERE LA GENTE SOBRE LA REFORMA.

La gente quiere que los incentivos y exenciones fiscales sean para los sectores que en realidad lo necesiten para su desarrollo y estabilidad; la gente quiere transitar segura por las calles; quiere tener energía y pagar la que en realidad consume, no apagones y facturas caras; quiere obtener un pasaporte en horas, no en meses; realizar un trámite o realizar cualquiera de los servicios que da el gobierno, y recibirlo eficientemente; la gente quiere ir a un hospital y recibir una buena atención médica; La gente quiere educación de calidad. Pero así mismo como la gente quiere cosas, hay cosas que no quiere y que entiende que no deben ser, como son las siguientes.

La gente no quiere pagar más impuestos para que tomen su dinero y lo den como los 100 millones del Gabinete de Política Social a los artistas, o para que se compren orquídeas por casi 1 millón de pesos para ambientar las oficinas del MINERD, o para que se gaste en la compra irregular de pinturas del PROPEEP.

La gente no quiere pagar más impuestos para que el gobierno utilice su dinero en dar pensiones solidarias para captar dirigentes de la oposición, o pagar con ello a los miembros del PRM que no han podido nombrar, o a personas que no lo necesitan y que nunca han servido al estado.

La gente no debe pagar más impuestos mientras el gobierno no de buenos servicios como el de pasaporte, que se ha vuelto una odisea obtener una renovación o un pasaporte nuevo, un proceso que te lleva meses, cuando antes se hacía en 24 o 48 horas.

No se debe de pagar más impuestos mientras este gobierno tome 30 mil millones en préstamos y que no se sabe su destino, pues eso no se traduce en obras para nuestros pueblos, ni mientras el gobierno no aclare en que utilizó o utilizará el avance de 300 millones que recibió de la renovación del contrato de AERODOM.

No se debe de pagar más impuestos mientras el gobierno no cumpla su promesa de campaña de reducir la nómina pública, la cual ha aumentado en un 7% anual la cantidad de servidores, pasando de 651 mil en el 2020, a más de 740 mil los empleos públicos, y hay que añadir el incremento de los sueldos en un 13.6%, lo que quiere decir que hay un aumento de la nómina, y un aumento de los sueldos.

No se debe pagar más impuestos cuando el gobierno gasta una cifra récord en publicidad de 10 mil millones, cuando el máximo había sido entre 3 y 5 mil por los gobiernos anteriores, este gasta 10 mil, dándonos publicidad con corte político y electoral, promocionando solo al presidente por ojos, boca, oídos, y hasta nariz, pagándole un dineral a programas, pódcast, influencer que a veces ni se conocen, pero es un gobierno incapaz de hacer una campaña efectiva contra el dengue mientras nuestra gente muere.

No se debe de pagar más impuestos cuando el gobierno paga el financiamiento de vehículos de los perremeistas empleados del ministerio de agricultura, quienes pagan un 10% y el gobierno el restante 90%, pero serán de ellos los vehículos.

No se debe de pagar impuestos para que el gobierno lo derroche en el bono madre, bono padre, bono a mil por la educación, bono cariñito, bono navidad, bono apoyo familiar, bono por el día de la mujer, planes sociales los cuales se utilizan algunos fuera de temporada, sin una política y criterio claro, y se manejan su distribución de forma específica, e incluso fueron utilizados durante la campaña política, y en las elecciones para comprar votos, y al paso que vamos, solo faltará un bono por existencia, pues ya tenemos un bono para todo, los cuales tienen un promedio de 1,500 millones por programa, lo que da un gasto de unos 10 mil millones solo en bonos.

Si el gobierno quiere más dinero, no debe de ser para mal gastarlo y utilizarlo para beneficio político y electoral, debe de ser para generar bienestar para nuestra gente, cosa para la cual se elige a un gobierno, y es precisamente lo que el PRM ha sido incapaz de generar.

Revisemos y reformemos el gasto público primero, y luego hablemos de pagar más impuestos en una reforma fiscal.

Por: Javier Ubiera
Abogado, político, comunicador, y politólogo. Especialista en derecho electoral; planificación y desarrollo; derecho legislativo; políticas públicas; y gestión pública.

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