Por: Daris Javier Cuevas
Pensar en el fenómeno de la inflacion es tener presente el proceso de incremento acelerado de precios que ocurre en un país, con carácter sostenido en el largo plazo de una temporalidad y de manera generalizada con impacto en un número relevante de bienes y servicios. Pero resulta que, al producirse un aumento frecuente y general en los precios, entonces, se adquieren cada vez menos bienes y servicios por cada unidad de la moneda nacional, implicando tal situación una perdida en el poder adquisitivo de dicha moneda para fines de intercambio comercial o financiero.
A la luz de la razón, se puede interpretar que en la economía se produce una dinámica sistemática de aumento de los precios, desde la antigüedad hasta nuestros días, fruto de que habitualmente aparecen nuevos bienes y servicios, cuyos precios se van alterando de una fase a otra. Bienes y servicios estos que se adquieren o intercambian con monedas locales o extranjeras ya que la era del trueque ha sido superada desde hace siglos.
Tal situación ocurre ya que en una economia los precios que registran los bienes y servicios están subordinados a cambios que se producen a nivel interno y en el entorno economico, donde se registran aumentos y disminución con cierta frecuencia. Pues la presencia del fenómeno de la inflacion se percibe al producirse un incremento en la generalidad de los precios, fruto de que por cada unidad de moneda se adquieren en la actualidad menos cantidad de bienes y servicios que anteriormente, lo que en la realidad se traduce en que la inflacion comprime el valor de la moneda a través del tiempo, tanto para la capacidad de ahorro y como para la compra.
Conforme con la teoría de la inflacion, esta tiene causales multifactoriales que impulsan presiones inflacionarias incontrolables y que se extienden por un periodo prolongado muy relevante. Dentro de las causales más relevantes se encuentran las coyunturales o estructurales, las acumulativas fruto del propio proceso inflacionario, las improvisaciones del gobierno en su ejecución de su política, los aumentos de precios de las importaciones, la devaluación de la moneda local y la rigidez con que actúan algunos agentes económicos al pensar más en la voracidad sin limites por las ganancias e incremento de su fortuna.
En la literatura económica se interpreta que la prolongación de periodos inflacionarios se definen las características de una economia inflacionaria dentro de las cuales se engendran las presiones inflacionarias que en su fase de acumulación provocan las distorsiones generalizadas en el sistema de precios. Situación esta que se agudiza con la ineficiencia del gobierno en cuanto a la mala orientación de la inversión pública, lo que en la práctica se convierte en una desproporción de las expectativas económicas de los ciudadanos y los diferentes agentes económicos.
Es cierto que el fenómeno de la inflacion ocurre de manera frecuente a escala global, aunque en algunos países es más intensa que en otros, sin embargo, en sentido general los niveles de inflacion perjudican a los que menos ingresos reciben y son los que se ubican en el rango del primer quintil. Por igual, los incrementos prolongados de la inflacion en el largo plazo se convierten en perjudiciales para el crecimiento economico, así como en el corto plazo va destruyendo la base sustantiva de la economia y un lastre en la calidad de vida de las personas.
Resulta inocultable que el fenómeno de la inflacion es un flagelo que tiene un impacto negativo para el crecimiento y desarrollo de una economia, el consumo y la producción en virtud de que provocan graves problemas y preocupación en la población. Y esa es una razón poderosa por la que los bancos centrales siempre procuran que en su país haya niveles de inflacion moderada que no sobrepasen la meta de inflacion, aunque cometieron la falta inexcusable al afirmar al inicio de la inflacion que eso era algo pasajero.
En el caso dominicano, el fenómeno de la inflacion registró un largo periodo de estabilidad, 1997-2019, interrumpido en los años 2003-2004, con los niveles más elevado en la historia económica contemporánea. Pero este episodio de inflacion elevada se repite desde el 2020 hasta la actualidad, con el agravante de que duplica la meta de inflacion, que en el mes de febrero 2023 registró 6.38%, inferior al 7.24% de enero, aunque el banco central utiliza inexactamente el termino bajó, en vez de explicar de que se trata de que esa es la velocidad de crecimiento, pero la realidad es que los precios están elevados y pegan fuerte en el bolsillo de los consumidores.