Circunvalación de Baní, un sabor agridulce

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Por José Espinosa Feliz

Hace unos años escribí sobre la importancia para el sur de las circunvalaciones de Azua y de Baní, narraba las peripecias que pasamos al cruzar por el mismo corazón de cada municipio y la necesidad de construir dichas obras. En ese entonces pensé en una circunvalación de cuatro carriles, luego me di cuenta a través de los medios de comunicación que ambas vías iban a tener solo dos carriles (uno en cada dirección).

Muchos pensábamos que por lo menos la circunvalación de Baní continuaría con los cuatro carriles, tal y como está la de San Cristóbal a Baní, que era lo más lógico, además que le daría a Baní un aspecto de municipio moderno con miras a un crecimiento hacia dicho proyecto. Si bien en estos momentos una vía de dos carriles puede ser suficiente. En un futuro se tendría un tráfico de vehículos mucho mayor volumen y habrá necesidad de ampliación, entonces ahí es “que la puerca va a retorcer el rabo”.

Los técnicos tienen que analizar los proyectos hacia el futuro, aunque la decisión final la tienen los funcionarios y los gobernantes de turno. Imaginemos, por ejemplo, que la Avenida Luperón, se hubiese construido de cuatros carriles, en ese tiempo había menos de medio millón de vehículos y ahora tenemos más de cinco millones, ¿qué hubiese pasado hoy?

Al no conocer la orografía de la parte sur del municipio de Bani, me imaginaba una amplia avenida ajustada a un terreno más o menos llano y una rasante a una altura aproximada de dos metros abajo, claro a excepción de los puentes, pero la sorpresa que me llevé es que la carretera está montada en gran parte de su longitud en un relleno o terraplén de más o menos cinco metros de altura.

Podría ser, que, para el que vaya a transitar por esa vía sea placentero, con una visual panorámica de la zona, pero en realidad tendremos especie de un muro, como si fuera una presa de este a oeste, es decir, a todo lo largo de la parte sur de Baní, logrando una división grotesca y un impacto desintegrador. Aunque las circulaciones sirven para controlar el crecimiento urbano, pero en nuestro país no es así, debido a que algunos se acercan a las carreteras para construir sus casas formando una nueva comunidad.

La circunvalación de Baní tiene una longitud aproximada de 19 kilómetros con dos carriles (uno en cada sentido) y paseos de 2.50 m. Se cuentan al día de hoy alrededor de 18 cruces importantes transversales a la circunvalación, entre ellos estructuras que corresponden a baterías de alcantarillas, alcantarillas cajón y puentes, en su mayoría no iniciadas. Unos ocho Kilómetros están a nivel de subrasante o de subbase y otra parte importante con terraplenes muy avanzados a excepción de los cruces mencionados.

Con relación a la construcción se nota cierto criterio de trabajo y los materiales de rellenos son de buena calidad, si la empresa está subiendo los terraplenes como manda la ley, en ese aspecto podríamos tener buena obra. A veces sucede que en grandes terraplenes los espesores son traicioneros para lograr una buena compactación, aunque en las construcciones la calidad de los materiales es determinante.

No hay posibilidad de ampliación, si en algún momento fuera necesario habría que construir otra y bajo las condiciones de altura explicada más arriba tendrían que dejar una amplia franja de lado y lado como derecho de vía. Lo lógico hubiese sido crear una franja interna futurista tipo la autopista 6 de noviembre. Que me perdonen si me equivoco, pero me parece que primó el desprecio ancestral por el sur (quizás pensaron que eso estaba bien para el sur) y la poca visión hacia el futuro. Claro que la premura y el aspecto económico influyen.

Lo positivo, el sur tendrá su circunvalación, eso acercará más a los pueblos e incentivará el turismo interno, pero como profesional de la ingeniería, le confieso que me ha quedado un sabor agridulce.

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