Inicio Opiniones Para una mejor sociedad, en el 2023 debemos fortalecer los valores
Por: José Espinosa Feliz.-
Los seres humanos estamos sujetos a principios, valores y leyes que norman el convivir del individuo en la sociedad. La conducta a exhibir debe estar concomitante al sentir social y al cohabitar con los principios naturales.
Todo individuo en su esencia tiene libertad intrínseca de actuar de acuerdo a su voluntad, absteniéndose a las consecuencias que generan la infracción de las leyes y el buen convivir que rigen una sociedad organizada; la cual establece reglas, pautas a cumplir. Estas disposiciones se convierten en costumbres que normalizan el proceder del ente social, quien debe vivir en armonía con las mismas.
Los países organizados, los que mantienen sus principios y cultura bien arraigados, aquellos que respetan a sus ciudadanos y estos cumplen con las leyes establecidas; son los que tienen mejores expectativas de vida, seguridad, salud y educación.
En su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey establece, que “Los principios son como faros. Son leyes naturales que no se pueden quebrantar…Esos principios emergen a la superficie una y otra vez, y el grado en que los miembros de una sociedad los reconocen y viven en armonía con ellos determina que avancen hacia la supervivencia y la estabilidad o hacia la desintegración y la destrucción”
Sería importante analizar si nosotros como sociedad estamos defendiendo esos principios. Si aquellos que están en el deber de defender y proteger nuestra cultura, nuestras costumbres y nuestros símbolos, lo están haciendo. Si estamos poniendo un grano de arena para que nuestros hijos entiendan el valor de la honestidad y que sean mejores seres humanos.
Se debe cumplir con el deber social, con los principios. Asumir comportamientos apegados a las leyes, a la honestidad que nos hace más humanos. Fomentar los buenos y más sanos valores a través del transcurrir del tiempo, equilibran y ponen en armonía la vida con los mejores intereses plasmados en leyes, normas y disposiciones que rigen una sociedad.
José Ingenieros, expresa en su libro Las fuerzas morales, que “El sentimiento del deber es siempre individual y en él se refleja la conciencia moral de la sociedad”. Aunque el individuo tiene su propia conciencia y determinación, en él se refleja la sociedad en que vive; además sus acciones de una u otra manera repercuten en la misma.
Los valores y los modelos de comportamientos orientados por los padres, pueden ser fortalecidos al paso del tiempo. La base de la educación hogareña es tan importante que cuando una persona adquiere una conducta de valores y honestidad, es la misma conducta que prevalece en todos sus actos, siendo muy difícil romper esos paradigmas arraigados en el subconsciente.
Esa base hogareña evita adorar dioses de plástico como Bad Bunny y a otros “lìderes” mediáticos. Así mismo, sumergirse en la delincuencia, vivir un mundo aéreo y como padres dejarse arrastrar por el cariño y amor a los hijos llegando a contubernios solapados que no hacen más que fortalecer los valores retorcidos que amenazan a una sociedad llena de confusiones.